El análisis sobre una realidad compleja en la que el notable aumento del presupuesto destinado por el Gobierno en los últimos años parece no ser suficiente para elevar la calidad educativa, ni para frenar el éxodo de la escuela pública a la privada.
En dialogo con El Envión la histórica dirigente de CTERA, Marta Maffei, habló sobre las “realidades
contradictorias” que presenta el sistema educativo nacional a pesar de las
mejoras presupuestarias que implementó el kirchnerismo.
“Es cierto que ha mejorado
el presupuesto educativo pero no el presupuesto nacional, que no pasa del 23%
de inversión. El esfuerzo significativo lo están haciendo las jurisdicciones
provinciales que a su vez tienen sus propias dificultades, como el caso de la
provincia de Buenos Aires, porque cada vez que se otorga una mejora en el
sector docente viene el reclamo de salud o de los estatales” señaló.
En ese sentido aseguró que “discutir el salario de los trabajadores de la educación
y las condiciones de trabajo sin discutir la coparticipación federal es como
golpearse la cabeza contra la pared”, en clara alusión a la diferencia de recursos
que la provincia de Buenos Aires aporta a la Nación y los que recibe en proporción
por parte del Gobierno nacional.
A propósito, Maffei citó el caso de la provincia de Santa Fe, donde estuvo
trabajando hasta la semana pasada. “Allí el salario inicial de bolsillo del
docente es de 5019 pesos y eso sólo lo cobra el 3%. Todos los demás docentes están
por encima de ese monto. La provincia paga el 82% móvil, hay concursos, ascenso
de cargo por concurso” enumeró.
El caso santafecino vino a ilustrar la disparidad educativa que existe entre las distintas provincias, generada según Maffei por las propias
políticas del Gobierno nacional. “Se ha profundizado la fragmentación y la
desigualdad dentro del sistema educativo: hay provincias que no pueden asegurar
ni siquiera el papel higiénico en los baños y hay provincias que, como en el
caso de Santa Fe, si pueden garantizarlo. Sea por mayor austeridad, por mejor recaudación,
por la soja, o por lo que sea, pero tienen cómo resolver o enfrentar esa situación”
señaló.
Aunque reconoció que la inversión a nivel nacional “está llegando al 6%”
del PBI aclaró que este porcentaje no solamente abarca al sistema de educación obligatoria
sino que también incluye a las universidades, e indicó que “la mayor inversión ha
ido hacia la expansión del sistema educativo”, en pos de incluir a sectores sociales vulnerables.
Sin embargo recalcó que con la sola ampliación de recursos no alcanza y
apuntó a una mayor profesionalización de los docentes. “Hay que plantearse
recursos serios en la función, el perfeccionamiento y la actualización docente”
dijo.
Para Maffei, la celeridad de los avances científico-tecnológicos que ha transitado el mundo en las últimas décadas hizo que el docente ya no sea la fuente privilegiada del conocimiento. En ese sentido planteó la necesidad de que las instituciones educativas actualicen las formas de enseñanza. “La escuela tiene que cambiar el rol, tiene que ayudar a organizar, a conocer, a comprender y darle sentido a las múltiples vertientes desde donde hoy aparece el conocimiento. Esto hace que la formación del docente tenga que ser cada vez superior” sugirió.
Para Maffei, la celeridad de los avances científico-tecnológicos que ha transitado el mundo en las últimas décadas hizo que el docente ya no sea la fuente privilegiada del conocimiento. En ese sentido planteó la necesidad de que las instituciones educativas actualicen las formas de enseñanza. “La escuela tiene que cambiar el rol, tiene que ayudar a organizar, a conocer, a comprender y darle sentido a las múltiples vertientes desde donde hoy aparece el conocimiento. Esto hace que la formación del docente tenga que ser cada vez superior” sugirió.
Por último desestimó las supuestas razones de una creciente falta de confianza
en la escuela pública por el hecho de que la mayoría de los docentes se desempeña
por igual tanto en la educación pública como en la privada, y explicó que el
crecimiento de este último sector se debe a que los padres necesitan “garantizar
la presencia del niño dentro de la escuela”.