Luego del encuentro que compartió junto
a Hugo Moyano y otros dirigentes del radicalismo, Alfonsín confirmó en El Envión que acompañará este miércoles el acto en
Plaza de Mayo en apoyo a todos los reclamos de la CGT moyanista.
“Hoy hablamos de las cuestiones que le preocupan a los trabajadores, como el mínimo no imponible; las asignaciones familiares; el impuesto a las ganancias que pagan los jubilados; la necesidad de darle carácter de ley al ingreso universal; combatir la inflación que afecta de maneras diversas a los trabajadores; la inseguridad, que afecta a quienes tienen menos posibilidades de proveerse de seguridad en el mercado” enumeró.
“Hoy hablamos de las cuestiones que le preocupan a los trabajadores, como el mínimo no imponible; las asignaciones familiares; el impuesto a las ganancias que pagan los jubilados; la necesidad de darle carácter de ley al ingreso universal; combatir la inflación que afecta de maneras diversas a los trabajadores; la inseguridad, que afecta a quienes tienen menos posibilidades de proveerse de seguridad en el mercado” enumeró.
El ex candidato a presidente de la UCR
aclaró que sigue teniendo “una mirada diferente de la que tiene la gran mayoría
de los dirigentes sindicales sobre la CGT” fundamentalmente porque “creo que la organización de
los trabajadores no debe subordinarse a un partido político sino que debe defender de
manera responsable los intereses de los trabajadores. Cuando se subordina a un
partido político, esos intereses entran en contradicción, y suele ponerse el interés
del partido por encima del de los trabajadores.”
Aseguró que el cambio de posición
de la CGT moyanista con respecto al oficialismo se debe a que “el Gobierno ha
cambiado de posición con respecto a los intereses de los trabajadores.”
Y añadió que, antes de la campaña, el
Gobierno decía "Vamos por el fifty-fifty, vamos a modificar el mínimo no
imponible, vamos a discutir la participación de las ganancias.’ Terminaron las
elecciones e inmediatamente en lugar del fifty-fifty dijeron ‘Vamos a tener que
pactar aumentos salariales por debajo de la inflación, la participación en las
ganancias es algo que no vamos a discutir, el mínimo no imponible no lo vamos a
corregir hasta el 2013.’ Entonces naturalmente se tenían que generar problemas
entre los trabajadores y el Gobierno. Y por supuesto la dirigencia sindical
tenía que hacerse cargo de estas contradicciones.”
Alfonsín anticipó que el radicalismo participará
de la movilización “sin consignas” ni “banderas partidarias” porque “me parece
que no debemos aparecer como queriendo aprovechar partidariamente un reclamo
que le pertenece a todos los que luchan.”
Por otra parte, señaló que la Unión Cívica
Radical viene experimentando un “proceso de recuperación” desde la debacle de 2001,
en el que “hemos ido mejorando la performance electoral año tras año.”
Y ya de cara a las elecciones
legislativas de 2013 vaticinó que “podemos dar un salto cuantitativo y
cualitativo importante, construyendo frentes entre los que pensamos igual en
una elección de medio término. Deberíamos darnos cuenta de que lo más funcional
al oficialismo es reunirse todos.”
En tal sentido aseguró que en las
próximas elecciones el Gobierno quiere plantear, a su favor, dos escenarios completamente
distintos “Quiere que vayan todos separados, porque eso le conviene, o que vayan
todos juntos. Es decir, que los que piensan de manera diferente se junten, porque
un frente de estas características sería muy vulnerable desde el punto de vista
de su consistencia”
Y recalcó que “el Gobierno está
trabajando para que se realice una elección de estas características y alguno
no se da cuenta.”
Para Alfonsín el peor escenario para
el Gobierno es “que en Argentina compitan tres fuerzas.”
Por eso sugirió “aliarse como en el
2009” para conformar “una fuerza que sea capaz de reunir república, democracia
y progresismo en serio. Hay que demostrarle a la sociedad que lo que hace el
Gobierno no es progresismo. Que es progresismo devaluado o ineficiente, en todo
caso.
Además conversamos con el Dr. Fernando
Tomeo, especialista en derecho informático y redes sociales a propósito del cleaning de reputación en Internet, un
servicio que permite detectar y ‘limpiar’ contenido difamatorio o falsos
perfiles en la web. Explicó que “una vez detectado el contenido, se denuncia en
el buscador o en la red social para que sea dado de baja”, pero que si estos
aplicativos no funcionan “hay que recurrir a una medida extra judicial o a una
medida cautelar”.
Aseguró que, aunque existe una ley de protección de datos personales, ésta no alcanza para cubrir los
contenidos agraviantes que son subidos a Internet por terceros. Y que el cleaning no debe confundirse con ‘limpiar’ críticas o malos antecedentes de figuras públicas como políticos
o funcionarios, a pesar de que suelen consultarlo. “El funcionario público, por
la propia calidad de la actividad que desarrolla, debe rendir cuentas a la ciudadanía
y por supuesto está expuesto a un nivel de información superior al de
cualquiera de nosotros. Entonces cuando se trata de limpiar la reputación de un
funcionario la cuestión es muy, muy difícil, porque está en juego el derecho a
la libertad de expresión” explicó.